Que no me pierda el cementerio, dijo alguien que me habló en la calle. Fui con mis amigos surfers. Subimos el cerro en lo alto del cual se encontraba y quedamos primeramente deslumbrados por la vista sobre la bahía de Pacasmayo y en segundo lugar por los murales en las paredes exteriores. Después descubrimos a la paloma de concreto gigante: una apariencia verdaderamente atolondrante. Finalmente los arreglos y pinturas de los nichos individuales. Mi favorito es el Jesús bizco.
3 comentarios:
A mi me fascina el Jesus en plena meditación, facil q en lugar de subir al cielo se quito al Nirvana nomas.
Por cierto, ve al Presbitero Maestro, si logras escabullirte, habra valido la pena, esta lleno de una morbida belleza. Eso si, no vayas de negro o te confundiran con los gotiquitos y metaleros que se andan colando por alli.
bueeeeeena!
I agree with borja
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